Mi hermana y yo tenemos aún muchas fantasías por cumplir. Y creo que con nuestra empleadita salida de la calle, sucia, perversa y con una carita de petera que mata, las haremos realidad, una a una.
Laliani es una inocente, tímida y virgen niña de 18 años recién cumplidos que para su desgracia o para su placer sexual conoció a un anciano de 75 años que la adentrara a un mundo lleno de sexo, lujuria y placer.
Nunca hubiese imaginado que mi profe de informática tuviese la mente tan sucia. Todavía sigo re alzada con él, pero por esas cosas de la calentura, no puedo decir que ya es parte del pasado.
Nuestro cuidador tenía la leche más apetitosa que cualquiera podía ofrecernos. Si no es así, ¡pregúntenle a la alzada de mi hermana! dedicado a Martina Ceci, a Sarah y a Gabriel B.
Aquella familia depravada y sin moral me arrastró a buscar en los archivos de mi mente todos los condicionantes para convertirme en una puta morbosa, a mí y a mi hija. ¡Ahora las dos somos dos putitas obedientes!
Mi hijo es el hombre que mi sed de madre insaciable necesita para vivir. Su pija es la razón de cada una de mis calenturas, y tenerla en mi boca es un milagro del destino. ¡Me vuelve loca su lechita!
A mi papá le gusta cogerme siempre y cuando descubra que traigo olor a otros pitos de la escuela. Dedicado a Martina. ¡Seguí mojándote en la cama chancha, y no te cambies la bombachita! ¡jejeje! ¡disfrutalo!
Cuando el terror, la lujuria, la obsesión y las ganas de descubrir el más allá de todo se complementan, puede haber resultados irreversibles. Aquí la historia de dos hermanos asustados y alzados.
Mi novio no quería cogerme, y mi necesidad sexual me llevó a ponerle los cuernos de las formas más calientes que me hubiese imaginado. ¡Me encanta ser tan puta y tan sucia!