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Relatos publicados por Montes Federico (21)

Montes Federico tiene publicados 21 relatos que han recibido un total de 326.555 visitas, con una media de 15.550 visitas por relato. El total de valoraciones recibidas es 69 y la valoración media (8,80).

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Paola (parte 2)

Estaba tirada en una de las reposeras de la terraza, rodeada de botellas y dormida. Busqué una toalla húmeda y le limpié los restos de vómito, la levanté en mis brazos y la llevé a su dormitorio. Con toda delicadeza la fui desvistiendo hasta dejarla en ropa interior y la acomodé entre las sábanas
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  • 9,00 (1 Val.)

Paola (parte 1)

Mi nombre es Federico, jubilado, 65 años, con una solvencia económica suficiente para vivir bien y disfrutar de la vida. Siempre me dediqué al deporte y aún hoy hago mínimo tres salidas a la semana a dar “la vuelta al perro” en bote de canotaje (Lujan, Carapachay, Espera, Sarmiento)
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Podría ser mi hija (pero por suerte no es) 4

Julia pasó de ser mi estudiante a ser mi amante y mi putita. Este es el fin de la historia
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  • 9,00 (1 Val.)

Podría ser mi hija (pero por suerte no es) - 3

La relación con Lucía siguió durante meses. Un día me dijo que había conocido a un chico que le gustaba y la alenté a que salga con él
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Podría ser mi hija (pero por suerte no es) - 2

Lucía venía dos veces por semana a casa y se quedaba a dormir. Eran nuestras noches de sexo y charlas, de cocinarle y que me mime. El sexo fue siempre fácil, plácido, placentero y dulce. Se dejaba llevar y se entregaba al placer sin reparos. También, de a poco fuimos charlando más de nosotros
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  • 10,00 (3 Val.)

Podría ser mi hija (pero por suerte no lo es)

A Lucía la conocí de casualidad. Ella estaba empezando Letras y necesitaba alguien que pudiera orientarla en Lógica. Un conocido mío me pidió si podía ayudarla. Me dijo que era una piba que, con gran sacrificio estaba siguiendo la Facultad. Me dio el número de su celular
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  • 9,67 (3 Val.)

Irene y sus primos (parte 5)

La cofradía sexual del departamento entró en una nueva etapa con el ingreso de Paula. Ahora éramos dos las hembras del grupo y las juntadas se fueron haciendo más interesantes. Con Pau, superado el choque inicial, no teníamos ni celos ni choque de egos
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  • 9,00 (1 Val.)

Andre (parte 5)

Ya relaté en otro momento mi relación con esta hermosa pendeja que tenía un morbo especial con los hombres mayores. Ahora incorporamos a su amiga en un trío
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  • 9,00 (2 Val.)

Irene y sus primos (parte 4)

Omar era, de los tres, el que más me hacía volar. Me tenía dominada y a sus pies. ¡¡Por Dios, cómo cogía!! Era un artista para acariciarme. Me llevaba al límite con la caricias y me sacaba no menos de tres orgasmos antes de penetrarme. Además, me trataba como su puta y me dominaba, me ataba
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  • 9,00 (5 Val.)

Irene y sus primos (parte 3)

Así terminé en La Plata, estudiando psicología y viviendo en una pensión. Mis primos, que vivían en City Bell, consiguieron (no sé de qué amigo ni de qué forma) un departamentito en el Centro de La Plata para nuestros encuentros. Las sesiones de orgías continuaron
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  • 9,00 (1 Val.)

Irene y sus primos (parte 2)

Desde esa noche con Julián en la vieja estación, inventamos mil maniobras para encontrarnos a solas y fui aprendiendo con mi primo las artes sexuales. ¡¡Me encantaba coger!! Ya sé, no soy boluda, a cualquiera le gusta, pero en mi caso, era una adicción terrible. Aprendí a chupar bien una pija
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Irene y sus primos

Los tres primos de Irene la fueron a visitar al campo donde vivía, Hacía rato no se veían y ahora los cuatro habían crecido. Esta es la historia de Irene y como se fue transformando en la putita de sus primos
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Andre (parte 4)

A los cuatro meses de tener sesiones de sexo semanales con Andre, nuestras relaciones funcionaban de maravilla. Le conocía cada rinconcito, las caricias que le gustaban, hasta donde le encantaban los chirlos y los castigos, su ritmo de acabadas, etc. Ella, a la vez, sabía exactamente como chuparme
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Andre (parte 3)

Los viernes nos encontrábamos con Andre siguiendo la misma rutina. Yo estacionaba el auto en alguna avenida, ella llegaba (siempre puntual), se metía en el auto y nos íbamos a un telo. Así pasaron dos meses, donde fui aumentando los juguetes y probando sus límites. Le encantaba que la domine
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Andre (parte 2)

Una vez que estuvo así acostada, atada y vendada, empecé a masajearla y acariciarla largo tiempo y, de vez en cuando sobaba sus pechos, pasaba los dedos por su entrepierna o acariciaba su cola. Todo esto lo matizaba con algunos chirlos, besitos, chupadas de sus pezones, lamiditas en su clítoris
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Andre

Y así fue como tuve la primera cita con Andrea, una joven morocha de 22 añitos que fantaseaba con hombres mayores. Hasta que entró al auto, pensaba que era una joda, o que no era la de las fotos o qué se yo. Me parecía raro que se diera así, tan fácil. Pero resultó todo cierto
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Eli

La conocí a Eli de pura casualidad. Yo estaba dando una charla sobre Materialismo Histórico y ella fue acompañando a un novio o algo así (después supe que estaban casi rompiendo en ese momento). Fue casi por compromiso, pero el tema le interesó. Era una piba muy vivaz y despierta y con ansias
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Una charla con final feliz

Fui a dar una charla sobre sexo en un fin de semana en una quinta. Iba sin plan de nada. Pero dos de las mujeres que concurrieron a la charla se quedaron con dudas y quisieron una explicación más personal. Mucho más personal
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El collar de mi sumisa (parte III)

Desde ese día, el collar marcaba nuestra relación. Había días en que no se lo ponía. Teníamos sexo, pero no era lo mismo. Lo disfrutábamos igual, pero no era la hembra caliente y hambrienta de sexo que cuando tenía el collar. Jamás cuestioné su derecho a elegir ponérselo o no
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El collar de mi sumisa (parte II)

“Si, podes pasar, pero gateando. Y así, gateando y con la cabeza baja, vení hasta donde estoy” le respondí mientras me sentaba al borde de la cama. Ya me había quitado la ropa y solo tenía un bóxer
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El collar de mi sumisa (parte 1)

Volví a intentar la relación con una ex bastante reprimida, pero bajo parámetros distintos. Y ella se convirtió en mi sumisa y pudimos disfrutar de una sexualidad abierta e intensa
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