rickmaster16 tiene publicados 32 relatos que han recibido un total de 801.959 visitas, con una media de 25.061 visitas por relato. El total de valoraciones recibidas es 516 y la valoración media (9,11).
No era mentira. Viví era una mujer realmente sexy. Lucía con elegancia sus ligeras arrugas y el desgaste natural de su cuerpo. Tenía anchas caderas, abundantes senos y una actitud atrevida. Había tenido un par de matrimonios fallidos, uno de ellos del que había nacido mi esposa. Tenía actitud jovial
Fui hasta él, me puse de rodillas, le bajé su pantalón de médico y empecé a chupársela. Pedimos otra botella de vino. No había prisa, eran como unas vacaciones, se la chupé por largos minutos. Me llevó a la cama y me puso en cuatro gentilmente, corrió mi tanga y separando mis nalgas introdujo su
Alquilamos un pent-house de un hotel. Las chicas vistieron sus ropas más cortas, todas parecían putas. Empezamos a beber. Al principio todos estábamos junto a nuestras parejas, pero conforme avanzó la noche cada quien fue buscando lo que le atraía
Me miró y volteó los ojos. Se quitó el vestido y descubrió su bello y bronceado cuerpo. Llevaba una tanguita negra que yo le había regalado. Arriba no llevaba nada. Mi jefe la empujó bruscamente sobre la cama, tomó su tanga y la jaló duro desgarrándola.
Rocio, mi esposa, duerme plácidamente en la habitación del segundo piso. En el primer piso estamos Mario, Jhon y yo. Ellos son unos buenos amigos de toda la vida. Estamos bebiendo whisky, ya vamos por la segunda botella, la charla se pone ilógica y reímos mucho. Mario saca una bolsita con polvo
Se suponía que llegaba de mi viaje el viernes pero terminé mi labor más pronto de lo esperado y volví el jueves. Decidí no decirle nada a mi esposa y darle la sorpresa. La sorpresa me la llevaría yo.
Es jueves de la tercera semana, Ángel llega en dos días. El gordo me evade y yo ya estoy medio despechada. Tengo que hacer algo. Estoy desesperada por verlo. Sé donde vive así que medio de locura me visto sexy con un vestido corto como de costumbre y me voy para su apartamento. Le digo al vigilante
A la segunda semana la tensión, por lo menos de mi parte, con Yuli era palpable. Al llegar en las tardes después de caminar por los caminos de herradura de aquella región conociendo a la gente, siempre me la encontraba con la escoba. Había empezado a comunicarme mejor con ella, o bueno, lo que se
Mi esposo Ángel consigue un trabajo fuera de la ciudad. En otros tiempos aquello me hubiera disgustado por alguna razón, tal vez una inseguridad apaciguadora me hubiera llevado a aceptar todo el peso financiero del hogar para mantenerlo cerca. Pero ya no quiero mantenerlo cerca, lo que pasa es que
Me llamo Ángel, al lado de mi esposa soy engendro horrible. Tengo claro que ella no me eligió por mis cualidades físicas. Mi esposa es perfecta. 35 años, alta, de cabello negro liso, tetona, amplias caderas y culo voluminoso. Creo que yo le doy estabilidad y la seguridad de que nunca le seré infiel
Tengo 40, me conservo bien, buen culo, piel trigueña, tetas grandes, en la calle me miran. Mi esposo no me toca hace dos meses, creo que tiene otra, me siento desatendida, ninguneada. Tengo rabia y dolor.
Como nunca enfrenté a Gaby tras descubrir todos los mensajes en su teléfono durante el tiempo que estuvo inconsciente por el accidente, supongo que ella pensó que todo seguía normal. Lo normal era que yo no revisara su celular, así que lo dejaba descuidado por ahí como siempre.
Tras descubrir que mi esposa me era infiel con casi toda su empresa mientras tuve su teléfono mi vida dio un vuelco. Mi mente rebotaba entre un enojo enorme y una excitación constante. Mi ego, mi orgullo, estaban heridos, pero mi verga se ponía dura cada vez que repasaba los episodios de mi esposa
Mi esposa manejaba desde el trabajo de vuelta a casa. Otro conductor imprudente trató de adelantarla y en una maniobra peligrosa la chocó y la envió contra una montaña al lado de la vía. Sobrevivió, aunque con múltiples heridas que la tuvieron inconsciente en la clínica por casi tres semanas.
Lo que al principio fue un acuerdo con reglas establecidas se fue diluyendo con el tiempo a un pacto tácito de absoluta libertad sexual entre mi esposa y yo. Dejamos de pedir permiso para vernos con alguien o hacer alguna cosa, a veces nos contábamos, a veces no. Todo aquello fue minando nuestra
Ceci, mi esposa, me había entregado una lista con todas las personas que quería cogerse antes de terminar el año. Me pidió que tachara los que no quisiera que se la cogieran y si quería podía elegir el contexto del encuentro y si quería participar o no.
Ceci, mi esposa, me había entregado una lista con todas las personas que quería cogerse antes de terminar el año. Me pidió que tachara los que no quisiera que se la cogieran y si quería podía elegir el contexto del encuentro y si quería participar o no. Le pedí un tiempo para analizar la lista
Hace poco publiqué un relato de cómo mi esposa y yo hicimos un intercambio con un amigo y su mujer, el relato se llamó “Mi esposa rompe las reglas”. Básicamente habíamos dicho que nada de encuentros por separado con aquella pareja después de nuestro intercambio, pero a ella le pareció divertido hace
Mi amigo Andrés llevaba unos seis meses de relación con Camila. No podría decir la razón pero Andrés le resultaba atractivo a todas las mujeres que lo conocían, incluyendo a mi esposa. Siempre que nos juntábamos ella posaba su mirada en él de manera analítica y profunda y cuando yo le preguntaba al
Hola, mi nombre es Elisa, nací en Colombia. Soy de madre latina y padre noruego. Vivo en los Estados Unidos. De mi madre heredé la estatura, mido 1,60 cm, de mi padre heredé todo lo demás. Soy una chica de 25 años de cabello rojo, muy blanca y adornada con pequitas apenas perceptibles alrededor de
Jeniffer tenía un carro rojo. Era un carro pequeño, económico, de caja manual y solía molestar con averías mecánicas constantemente. Aún así era su adoración, su medio de transporte.
Vivi le decíamos, se llamaba Alvaro. Era una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre y procuraba salir de él tanto como pudiera. Llevaba el cabello largo pintado de rubio, se ponía maquillaje, caminaba y actuaba como una mujer. Al hablar con él tenía una rara sensación de tener un hombre al frente
Como ya he contado en varios relatos, yo tenía una amante que se llamaba Gina. Teníamos una conexión muy fuerte y un sistema muy sólido también para realizar nuestras aventuras. Con las horas del trabajo como aliadas hacíamos de todo en un motel cercano, vivíamos un idilio prohibido.
Cuando leo relatos eróticos me gusta descubrir historias reales, aunque la imaginación de algunas personas les lleva a escribir cosas increíbles y excitantes no hay nada como leer la confesión de alguien que ha vivido una experiencia sexual particular. Este es mi caso, esto que les cuento me pasó.