Relatos publicados por Mara (48)

Ser una puta a veces tiene sus recompensas sexuales muy buenas.

Las cosas pasan por algo y así entre cogida y cogida pues pasó lo que tenía que pasar.

Me fui con la vecina y descubrí que una mujer mayor pone toda su experiencia para garantizarnos un sexo de primera.

Después de mucha tensión por problemas diversos pude por fin salir a buscar macho y me encontré hasta dos.

Las sensaciones únicas de sacarle al hombre todos sus jugos no se compara con nada.

Fue en la casona donde un chico y yo nos follamos a dos lesbianas que primero dijeron nada con hombres y cedieron más pronto de lo que yo creí.

Fue una noche de sábado donde conocí un sitio a donde iban varones guapos y lesbianas a follar transexuales y travestis, un lugarcito hermoso.

Cuando menos te lo esperas tienes un encuentro sexual inolvidable, que me dejó las nalgas chorreando de semen.

Lora, muy inquieta en lo relacionado al sexo me confió que le gustaría acostarse con una mujer, le cumplí su fantasía llevándole una amiguita.

Mientras mi vecina y novia cogía conmigo su tío nos vio y pidió su parte de ese manjar.

A mi vecina le ponía estar con una nena con pene como yo, eso sirvió para que se llevara la mejor cogida de su vida.

Cómo comencé mi amistad con mi vecina y descubrimos juntas un mundo de sensaciones entre mujeres que llevan al placer máximo.

Salí a follar por dinero con mi viejo vecino, descubriéndome cada vez más como mujer, aunque nací hombre.

Cada día que pasaba mis intentos por convertirme en una mujer iban dando frutos, pero donde me volví una experta fue en seducir a los hombres.

Del desconcierto a la calentura y de ahí a la vergüenza, eso fue lo primero que sentí ¿Qué hice, cómo pude haber sido tan idiota, le contará a alguien?

Con la intromisión de mi vecino a mi vida, logré conocer lo que es el sexo real, me gustó tanto recibir ese enorme pene en mi culo que me convenció de mi vocación de mujer y mi necesidad de cambiar de sexo, algo imposible para mí en esos años en que me conformé con travestirme y gozar.

Esto es cierto cien por ciento, es la historia que les contaré de cómo desperté al hermoso mundo femenino y el placer que solo la mujer y nosotras las que las imitamos sabemos que existe ¿Y tú te atreverías a conocer el placer femenino? Yo sí lo hice y fue hermoso.

De cómo fue la primera experiencia sexual de mi hermana.

Un poco de alcohol, mi hermana y sus puterías y yo divina como toda una mujer, nos follaron dos sujetos a mi hermana y a mí.

La necesidad de dinero hizo que Lora me enseñara a gustarle a los machos para sacarles dinero a cambio de sexo.

¡Qué recuerdos de mi travestida juventud! En este relato les cuento cómo mi hermana y yo pasamos a la perversión más descarada.

La primera salida de mi hermana fue condicionada por mi mamá para que hiciera de chaperón, fue inolvidable para ambos, al regresar me regaló un placer difícil de olvidar.

Pasé del amor filial al carnal con mi hermana, la admiraba, ella era lo que yo quería ser y... me la cogí sin querer.