Una noche que parecía abocada al fracaso cuando estaba a punto de apurar la última copa y marcharme, terminó con una penetración anal en una relación con un pareja y una chica...
Juan siguió chupándome y dándome lengua mientras yo me contorsionaba del placer, hasta que logró sacar un grito desesperado del orgasmo que yo estaba teniendo sin la menor vergüenza. No podía controlar la excitación de tener un hombre extraño chupándome y sabiendo que después sentiría la enorme verg
Dos tipos venían caminando y no paraban de verme y hecharme piropos a los cuales estoy acostumbrada. Pero nunca me imaginé que al pasar junto a ellos, me atraparían entre ambos y me comenzarían a hacer lo que hicieron conmigo, dejándome totalmente a su merced.
Su madre le enseñó a su hija que no era una mojigata, que ella también sabía disfrutar del sexo, que vieran el sensacional espectáculo que les iba a ofrecer y lo comprobaran.
Sólo faltaba que yo diese el primer paso y con que una de las dos cediese por un instante, las tendría en mi poder. Me di cuenta de que me temían. Que ahora se sentían vulnerables.