He perdido la virginidad a los 20 años, en casa de mi amiga de la Universidad, su madre y su padre me hicieron el amor.Este era un verano normalito, hasta que mi amiga de la Universidad, Sofía, me invitó a pasar unos días en su casa.
La había conocido por Facebook dos meses atrás. En la tercera charla me mandó fotos de ella, desnuda. Yo le envié las mías, y dijo que le encantaba mi pija grande, de hombre maduro. Le conté que deseaba estar con una trans, para sentirla como mujer con pija.
Hace unos días viví una experiencia muy bonita y muy intensa, después de publicar mi último relato recibí bastantes correos electrónicos de lectores y de lectoras diciéndome cuánto les había gustado mi relato; la mayoría muy amables.
Aquellas vivencias, todas distintas, y cada una especial. Morbo y libertad para disfrutar cuando apetece.
Si te gusta, me comentas. Y si quieres... hablamos más
Yo siempre soñé con acariciar a muchas mujeres desnudas, pero no deseaba acostarme con cientos de mujeres, solo ver, ¡cientos de chochitos!, pero sólo era un sueño, que nunca pensé que poder conseguir.
Mi marido fantasea con verme coger con otro hombre, me pregunta a quien desearía y le digo que a Roberto siguiendo su juego. No se imagina que es mi amante desde hace un año.
Estaba como siempre en la cama leyendo los relatos que escriben por aquí para humedecerme un poco y para alimentar ese fuego con mi marido cuando me encontré con algo que me mojó en demasia.
Verte como te masturbas y guardar esa imagen en la retina, observar cómo te la agarras y como lentamente se pone dura. Disfruto si no me ves, eres más natural, ver cómo cambia tu cara y cómo vas perdiendo el sentido
Me levanté y me fui al cuarto de baño, nadie se percató de que me iba de la habitación, ya en el baño me tiré al suelo sobre algunas toallas y comencé a masturbarme
Ana se acercó y no dijo nada, pasó dentro de la cabina y como pudimos, que era muy pequeña, se agacho también a ponerse de rodillas y entre las dos comenzamos a chupar esta tremenda polla...
En su perfil de Badoo Nora aseguraba no querer nada sexual. «Nunca digas nunca» Pero me atreví a hablarle. Es una mujer madura, de complexión robusta, mas no gorda y un rostro no muy agraciado, «Soy sincero no me gustaba su cara».