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Siguió cogiéndolo hasta que no pudo aguantar más y en medio de un bufido gutural acabó dentro del chico. Siguió moviéndose hasta que su pito estuvo fláccido, se retiró a un costado mientras que del culo del muchacho comenzaba a salir un hilillo de semen
Don Beto fue a visitar a su amigo el negro Polo, con quien compartía su afición por los jóvenes y le contó sobre el espectacular chico que se estaba cogiendo diciéndole lo bueno que estaba
Hacía ya unos cuantos días que Don Beto quería repetir su visita a la pensión de Doña Lita, donde había conocido a un espectacular chico rubio, de los más lindos que había visto, para volver a disfrutar de ese cuerpo
Ya estaba por darse por vencido y retirarse cuando se dio cuenta que atrás de él un hombre viejo lo miraba fijamente y no le sacaba los ojos de sus piernas y cola, el chico se retiró discretamente hacia la esquina y a los pocos segundos el hombre también se le acercó
Don Beto se sentía en la gloria disfrutando de ese cuerpo enloquecedor, ahora le acariciaba las piernas mientras seguían entrelazados en un beso de lengua y sentía que su erección ya estaba empezando a ser insoportable
Esa mañana, al hacer las compras en el almacén de su barrio, se fijó en las ofertas de trabajo que los vecinos publicaban en una pared del mismo. No había muchas, pero una le llamo la atención: Matrimonio mayor necesita chica para ayudar en tareas de la casa
Mariángeles no hablaba y camino a su casa pensaba, confusamente, que había sido abusada por ese viejo verde pero extrañamente, después de todo, al final le había gustado
Cuando quiso reaccionar ya era tarde, sintió que una mano la atenazaba por la cintura mientras otra mano la tomaba por el cuello mientras la arrastraba hacia el automóvil
De inmediato empezó a chupárselos y la chica empezó a suspirar de excitación, tenía a un viejo verde sobándole las nalgas por detrás, mientras le frotaba su verga contra las piernas y la otra, su vecina, le comía con entusiasmo las tetas
Marielena enloquece de deseo a Doña Elvira. Al cabo de unos minutos apareció Marielena ataviada con su uniforme y la visión casi provoca un infarto a Doña Elvira
Al cabo de una hora, cuando los dos calientes viejos estaban empezando a creer que la chica no vendría, se sintieron golpes en la puerta y la vocecita celestial de Marielena
La vieja fue hasta su encuentro y lo primero que percibió fue el aliento un tanto alcohólico de la chica, luego quedo deslumbrada por la belleza de la muchacha que la volvió a excitar acordándose de todo lo que le había hecho un par de días antes
A doña Elvira siempre le habían gustado las chicas, pero a sus 65 años no tenía muchas ocasiones de tener sexo con alguna de esas preciosuras que pasaban rumbo a la playa y solo podía mirarlas con deseo